Mil colores, aromas y sabores hacen de la fiesta cinteña un acontecimiento memorable, que se matiza con coplas que se dicen al oído y se cantan a viva voz para conquistar corazones y renovar fuerzas. Mientras los copleros caminan por las viñas cuyos frutos ya están dorados por el sol, las mozas de largas trenzas y coloridas polleras enamoran con sus blancos pañuelos y la uva llega al lagar para convertirse en mosto y luego en elixir puro: vinos y singanis.

La vendimia es el mejor tiempo en los valles de Cinti. Una tras otra las ofrendas son entregadas a la tierra como una expresión de gratitud de la comunidad. Se escucha entonces el Jailalito, conocida copla que tiene tradición de siglos:

Pisen, pisen compañeros
Pisen, pisen con valor
Sacaremos vino tinto
Salido de este lagar,
Jailalito, Jailalá

Sacaremos vino tinto
Vino bueno pal patrón
Agua pie pal mayordomo
Orujo pa su mujer
Jailalito, Jailalá

El patrón está enojado
Capitana no ha llenado
El viñatero ladrón
Hizo enojar al patrón
Jailalito, Jailalá
Brinquen la tabla
Ay chumpé
Lumbe que Lumbe
Ay Lumbe
La señora Pancha
Entró en la cocina
Se quemó las manos
Por la golosina
Jailalitojaila la lo

En las ciudades del valle cinteño, la fiesta de la vendimia se inicia con la pisa de la uva que reúne a toda la población en torno a simbólicos actos de exhibición de hermosos racimos de uva de las variedades Moscatel de Alejandría, uva negra criolla y vischoqueña. Su tamaño sorprendente es motivo de admiración, como también son las “pisas de uva”en las plazas. Muchas veces el tiempo de vendimia coincide con el carnaval antecedido por los cuatro “sabaos”, las tradicionales fiestas que anuncian su llegada, en las que se disfruta de exquisitos cocteles y chuflays, música y baile.

No faltan las coplas carnavaleras y la tamborita que las acompaña:

“Vamos, vamos, vamos por ese jardín
Recogiendo flores, cholitas también
Cuál de las comparsas, cuál es la mejor,
La de los “San Pedreños” se lleva la flor”

En medio del carnaval, está la “Tinka”la fiesta de los pasantes que entregan cántaros de vino, ramos de flores y frutas seleccionadas de estación a quienes recibirán el nuevo Carnaval. La fiesta se convierte luego en ch´alla de la viña y la bodega. A bajar los escalones para ch´allar la bodega, a enroscar con serpentinas las cepas de la vid y a depositar pétalos de flores en la tierra fértil. A cantar coplas picarescas y alegres que expresan pensamientos positivos y buenos deseos. Que el próximo Carnaval sea mejor, que el próximo año sea más prodigo, que entregue más frutos.
También se destaca la tradicional “lucumeada” fiesta de carnaval, donde los varones asisten con una bolsa llena de lucmas para lanzar a los piernas de las mujeres que entren bailando a la fiesta.