Casa Solariega de San Pedro

En la Casa Solariega de San Pedro se respira la historia y se evoca la memoria de personajes vinculados a la religión, la política, la educación y las artes desde el siglo XVI, su sólida presencia acompaña el crecimiento de la industria vitivinícola de Bolivia.

En este solar residieron mujeres y hombres que impactaron en la vida del cañón cinteño. A los primeros misioneros que fundaron la Viña sucedieron en la Casa Solariega prominentes personajes como el Maestre de Campo Antonio López de Quiroga en el siglo XVII, Don Indalecio Gonzales de Socasa en el siglo XVIII, la Condesa de Casa Real de Moneda Doña Josefa Lizarazu de Linares en el XIX y Lucrecia Linares de Calvo en los siglos XIX y XX. A partir de 1925 muchos otros patricios bolivianos vivieron en la casa y dirigieron las actividades de la viña y la bodega, apostando por Cinti y su tradición vitivinícola.

La Casa Solariega que corresponde al siglo XVI, mantiene su estructura original aunque ha tenido varias intervenciones a lo largo de su historia. Su solida construcción fue realizada por alarifes, verdaderos maestros de aquellos tiempos que emplearon adobe y piedra sobre cimientos.

Ubicada sobre la loma del lugar, la casa se yergue imponente y desde ella se tiene una vista espectacular donde se aprecian las viñas, el Río Grande y la majestuosidad de los cerros colorados del cañón cinteño.

De estilo colonial, consta de dos hermosos patios conectados y varios corredores con acceso a dormitorios, oficinas y otras dependencias. La galería principal reúne la magia y la calidez de la casa solariega desde donde se divisa la profundidad del valle atravesado por los ríos, mientras que de los balcones del comedor se contemplan las viñas con el fondo de los cerros de tierra colorada que cuentan la historia por centurias.

Si tienen la oportunidad de visitar Camargo y el valle de Cinti, conocer La Casa Solariega de San Pedro será una experiencia inolvidable.